EL EGOISTA

Cuando queda una aceituna en el plato y nadie se atreve a cogerla, hay un tipo que se lanza a ella como si le fuera la vida. Curiosamente este tipo tiene su platito lleno de huesos, pues es el que más aceitunas ha comido. Es el egoísta.

Cuando vas caminando y ves una fachada sin ningún aparato de aire acondicionado y sólo hay uno que estropea toda la estética del edificio, ese, justo ese, lo puso el egoísta. Y lo hizo porque a él le venía bien. Le dio igual la estética, que se hubiera acordado en una junta de vecinos o que el agua del desagüe le caiga a su vecino de abajo.

El egoísta entra el primero en el ascensor y también lo hace al salir. El egoísta se hizo el sordo cuando se hundía el titanic y todo el mundo oyó «las mujeres y los niños primero». A él se le dio igual, y cuando cayó el bote al agua el único que estaba dentro era él, el egoísta.

En el autismo, no es bueno tener un egoísta ayudándote a soportar el frío del camino. Aunque no te puedas imaginar cómo puede sacar partido al autismo, lo hará.

El egoísta suele sacar partido de las situaciones más increíbles que podemos imaginar.

Y además precisamente, el ayudar por ayudar, no está entre sus principios, eso es muy difícil que lo haga. El egoísta ayudará si obtiene un retorno rápido, y a ser posible consiguiendo más fichas de las que él puso en la apuesta de la ayuda.

No son empáicos. Bueno, si, hay un momento en el que muestran empatía, es cuando se miran al espejo.

Piensan en ellos, en sus beneficios, y el yo primero y los demás después es su tótem sagrado.

Un autista está demasiado lejos de ser nunca el primero en nada, por lo tanto un egoísta le regala un lugar al que desgraciadamente ya está acostumbrado: el eterno segundón.

La persona con autismo necesita al que todo lo da sin esperar nada a cambio. Al que le presta la voz, porque él no tiene. Al que le regala horas perdidas y caricias sin correspondencias. Y esto no lo hará un egoísta.

Si eres egoísta, selo con otro.

Yo, como persona con autismo necesito todo lo contrario.

Reflexiones de un autista

El Egoista2

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