A la vida se le pide, casi siempre, cosas que te faltan, o que son importantes para ti, aunque para el resto de los mortales les puedan parecer una tontería
Cuando alguien pide algo muy simple, muchos nos reímos, y lo hacemos desde la ignorancia de la posesión, es decir, nos reímos porque lo tenemos.
Pues yo le pedí CUATRO PALABRAS. Eran sólo eso, CUATRO PUTAS PALABRAS.
Sin embargo me las negó, sólo deseaba que cuando le dijera a mi hijo te quiero, respondiera «Y YO A TI».
Eran solo cuatro putas palabras, y no me las dio.
Tiraremos para delante, como no puede ser de otra forma, pero que sepas VIDA, que algo me debes.
Alguien Diferente 